Mis gemelos prematuros

Por: Equipo de Embarazo Gemelar | 2020-11-17 22:19:33

Es un hecho que es más frecuente que existan partos prematuros cuando se desarrolla un embarazo gemelar.

Según datos del INE, en 2018, el 48,3% de los partos múltiples en España fueron prematuros. (Recordemos que prematuro es el nacimiento que se produce antes de las 37 semanas de gestación).

El 17 de noviembre se celebra el Día Mundial del Niño Prematuro, y queríamos tener un recuerdo especial para esos pequeños grandes guerreros. Por ello contamos con la colaboración de Rocío, mamá de gemelos que nacieron en la semana 34. Ha querido compartir su experiencia para apoyar a otras familias que estén pasando por lo mismo en estos momentos.

Mi embarazo gemelar

Lo cierto es que, aunque sabíamos que era una posibilidad, el parto prematuro nos pilló desprevenidos emocional y logísticamente.

Eso es lo que me ha animado a escribir este post. Si bien es IMPOSIBLE prepararte para ese momento, sí que puedes allanar el terreno a esa mamá asustada, sensible y solitaria que serás tú misma dentro de unos meses.

Sé que hay grandes prematuros, que su experiencia es distinta y si lo que os voy a contar os parece duro, no me quiero imaginar pasar así meses.

Yo tuve el embarazo primerizo ideal. Unas poquitas náuseas que terminaron en la semana 12 y dos días, unos análisis continuos de libro, unas visitas cada 15 días a la ginecóloga que medía a los gemelos e iban con 100 gramos de diferencia y los tres corazones sin altercados.

Entre el confinamiento y que mis bebés eran de manual, me relajé bastante y pospuse todo lo que tenía que hacer de los bebés para agosto. Incluso pospuse mi baja, que debía ser en junio a julio, porque como no me tenía que desplazar a la oficina y había cambiado de jefe hace poco… pues estaba muy centrada en trabajar. Total, salía de cuentas el 9 de septiembre y me programaron el parto el 26 de agosto.

¿Que podía pasar?

Agosto iba a ser el mes de terminar el cuarto, hacer los cursos y los masajes perineales entre otras cosas.

El susto

El 29 de julio haciendo pis, no conseguía parar de hacerlo…. ¿pero qué está pasando? Una bombilla se me encendió y me moví hacia un lado, llamando a mi marido y mi hermana pequeña que estaba conmigo. “Creo que he roto aguas”. Hay que ir al hospital. En Madrid. Y nosotros en Burgos…. Si es que faltaba más de un mes, qué problema podría haber por pasar unos días fuera…

Ese viaje lo recuerdo pensando que era pronto. Muy pronto…. miraba la aplicación de seguimiento del embarazo pensando todo lo que le faltaba por hacer a mis bebés. Coger peso. El peso. La UCI. ¿El hospital tiene UCI? Dios, Dios, Dios…

Mi parto gemelar

Por resumir el parto, me pasé 24 horas reteniéndolo para que los corticoides maduraran los pulmones a todo correr. Son dos pinchazos cada 12/24h depende del hospital. Y mientras, puedes ponerte de parto o no, pero si lo haces, te lo retienen. La parte positiva es que puedes hacer algunas cosas que deberías haber hecho antes, como ver si el hospital tiene una buena UCIN (Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales) y conocer a los pediatras y enfermeros que la llevan. Además te ponen antibióticos porque tu bebé está desprotegido sin bolsa, y el riesgo es que se infecte de algo. Eso es por vía cada 8h.

Cuando pasaron las 24 horas de retener, vinieron las 12 de acelerar. Oxitocina en vena. Una clase de parto exprés (mis bebés estaban colocados) y a empujar. Salió el primero. No me lo pudieron enseñar porque en seguida empujas para que salga el segundo. Pero éste no salía. Algo iba mal. Se llevan al primero es pequeño y tiene que irse a la UCIN, solo le veo de lejos. Sacan a mi marido porque la cesárea de urgencia es inminente. Me operan para el segundo. Al pequeñín pude tocarle al menos la carita. Eso fue todo en las siguientes 14 horas.

Mi experiencia más dura fueron esas 14 horas y los siguientes 14 días.

Mis gemelos ya están aquí

Es el comienzo de tu calvario particular. 14 horas de dolor. Largas y solitarias. Tenía que esperar que se me acabase la bolsa doble de hierro y ponerme de pie para ir. Para conocer a mis gemelos. ¿Pero quién los tiene? Si es que… ¡¡¡están solos!!! Ya les habrán dado de comer. Tendrán frío. En mi habitación el espacio del bebé está vacío. Me conformaba con unas fotos que me traía mi marido que me dolían más que consolaban.

Mis bebés estaban solos y llenos de cables. Con vías. Eran pequeños y estaban solos. Él les pudo dar el biberón pero no quiso casi separarse de mi lado. Al final, yo estaba con mucha pérdida de sangre. Y yo allí tumbada viendo caer el gotero y comiendo lágrimas.

Mi marido me abrazaba pero este vacío es nuevo y ni él sabe consolarlo ni tú sabes qué pedir para que te ayuden. Y resulta que él también estaba triste. Ese vacío no se llena.

Por fin voy a verlos y la alegría supera la tristeza durante esas horas. Los coges, los abrazas y te los pones en el pecho desnudo. Hoy entiendo la magia de la naturaleza, ¡cómo te buscan! Qué pequeños. Pero qué guapos.

La UCIN

No sólo el hospital tenía UCIN, resulta que es pro-lactancia. Pues menos mal. Necesitan ayuda para respirar y para comer. Hay que enseñarles a comer. Les damos biberón porque al estar lejos tu leche no sube. Al rato te mareas. Es que tienes que descansar y dejarles descansar. ¿Seguro? No sabes qué es lo mejor.

Siguiente punzada en el corazón. ¿Les tienes que dejar? ¿Tienes que descansar? Esa soledad y enfrentamiento moral que tienes de… “no puedo más pero para descansar me tengo que separar de ellos”. Es un horror. Eres todo culpa y rabia. Pues me quedo aquí. El dolor físico te marea. Me voy y les dejo. ¿Les abandono? Y la soledad de los bebés en la incubadora te mata en tu habitación.

Ellos están bien, te dicen, pero tú piensas que mejor están contigo y con su padre. Al menos tienes una misión: que te suba la leche sin los bebés cerca. Suerte que me explicaron cómo: estimulación, calor, masajes y sacaleches. Y si no puedes, tu misión puede ser curarte la tripa, o hacer algún tipo de ejercicio con las piernas para que no se te hinchen.

Les veía tan pequeños. Tan solos.

La inestabilidad emocional del postparto

Finalmente, necesité ayuda profesional. Otra suerte que el hospital tenía apoyo psicológico posparto. Y no pasa nada, gracias a que me ayudaron pude atender a mis hijos. Ojo que esto no es ninguna tontería, es muy serio, hoy quiero a mis hijos por encima de todo, pero hubo un momento en el hospital que fue negro negro.

Ese momento es cumbre cuando llegas a casa. Sola. Sin tus hijos. Y abrazas a tu pareja y ahí te revuelve la tripa la culpa que has tenido y que ya no te abandona. También la pena. Confías mucho en tus hijos pero no estáis juntos.

Los siguientes días el infierno se sumergió debajo de una rutina muy dura: vas a darles de comer (pecho si quieres/puedes) cada tres horas y estas con ellos las dos que te quedan en medio. Ahí te mantienes positiva, el cuerpo es sabio y te sale natural. Y les hablas con mimos y les quieres. Te duermes una cabezadita con ellos en modo canguro y parece que estáis en casa.

Es crucial el trabajo de las personas que te acompañan esos días y no solo lo digo por mis campeones, también por el resto de padres que pasaron por allí. Parecen incansables y llenos de amor. Pero ese tiempo pasa y te vas a casa. Y ahí tienes que lidiar con los demonios. También aproveché para terminar de montar la cuna, los moisés, el carrito y todo lo que iba a hacer en agosto. Al final, mi manera de superar cosas muchas veces es estresándome.

Los altibajos

Cuidado que esos días hay muchos altibajos. Mi mayor “bajo” fue cuando tuvieron que usar lámparas de UVA para la bilirrubina y no les pude tocar durante dos días.

Mi mayor “alti” el día que empezaron a subir de peso y me dijeron “el jueves si todo va bien, te los llevas”.

Pero, salvo algo horrible que yo no puedo ni imaginar y que mando todo mi cariño a quién haya tenido que pasar por eso, ese tiempo pasa y todo tu positivismo que finges para fuera al final se vuelve real por arte de magia…

…La magia de la vida.

Después de 14 días llevas al hospital la ropita que has preparado con todo tu amor, les vistes temblorosa y con ayuda porque aunque tengan 14 días tu no les has vestido nunca. Y vas a casa. El calvario ha terminado. Ahora ya solo queda tu nueva normalidad de no dormir y de abrazar y de amar a tus hijos por encima todo. Entonces te dicen que están malacostumbrándose a los brazos… Y a ti te da la risa.

Puedes pensar que se acaba ahí pero no es así. Los niños evolucionan más despacio (los míos al menos) y es que “deberían” mantener el cuello, es que “deberían” chuparse la mano, “deberían” pesar no sé cuánto. Y en tu entorno… “claro es que tienen menos de un mes de madurez”. Y tu te echas la culpa: ¿Fue que hice poco reposo? ¿Que trabajé demasiado hasta el final? ¿Comí bien? ¿Anduve poco? ¿Anduve mucho?

Mi pediatra me dice que ya está, que eso ya se olvida, que tienen 3 meses y que irán progresando… pero cada vez que te recuerdan que son prematuros tienes una punzadita. Y te prometen que pasará… pues de momento solo puedo tener fe en que así sea.

Mis recomendaciones

No puedo contaros el final de esta historia porque a día de hoy sigo en ese punto. Sigo pensando qué pude hacer mal, sigo pensando que tengo los hijos más fuertes del mundo, aún no me he reconciliado del todo con mi parto y mis posparto, y tengo heridas que, al contrario que las físicas no se me han cerrado.

Sin embargo, sí tengo claro qué le he dicho a mis amigas embarazadas (tengan uno o varios bebés), teniendo en cuenta que, como dije al principio, con varios bebés tienes casi un 50% de posibilidades:

  • Termina todo lo que necesite el bebé antes de la semana 30, deja para luego las cosas superficiales de juguetes etc, pero lo que necesite el bebé que esté en casa.
  • Elige bien el hospital. Infórmate de qué tal es la UCI y el personal. De hecho, te animo a que con alguna excusa que además sea solidaria, te pases antes y conozcas al personal.
  • Infórmate de qué política tiene el hospital con respecto a los horarios de la UCI. Yo agradecí mucho poder estar cuando lo necesitase y no aferrarme a ningún horario.
  • Valora que exista personal específico para el apoyo posparto, tanto psicológico como grupos de apoyo a la lactancia si es tu opción.
  • Escucha las experiencias pero vive la tuya propia. Son tus hijos y tus emociones, yo me he sentido culpable hasta hoy, y me curaré seguro, pero si no te sientes culpable, y sientes otra cosa también está bien.
  • Valora mucho los hijos que tienes, están haciendo un esfuerzo y te necesitan, haz lo que puedas por darles paz y felicidad.
  • Lee mucho, lee sobre historias que han salido bien, lee qué es mejor en esos casos y ve a traer a tus hijos al mundo con la mayoría de las decisiones tomadas. Porque cuanto más dudes allí, más agobio tendrás.
  • Cuando salgas, comételos a besos y no pares por mucho que te digan.
  • Y si no puedes PIDE AYUDA. Sí, hay madres que pueden con todo, y hay madres que no. De hecho creo que la mayoría no puede. Y NO PASA NADA.

Y solo me queda terminar deseando suerte si estás en el camino, ánimo si estás en el proceso y mucho amor si ya lo has pasado. Y en este último caso, devuelve a la vida la suerte que has tenido por tener a los niños en casa y visibiliza esta situación. Y si puedes ¡¡colabora!!

Rocío

 

Equipo de Embarazo Gemelar (Embarazo Gemelar)

Somos Raquel (Matrona) y Ana (mamá de mellizos) y estamos aquí para acompañarte en tu embarazo gemelar. Nos apasiona ayudar a otras mamás a aprender, a solucionar dudas, a quitar miedos y a disfrutar de su embarazo y su postparto con más de un bebé.

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