En este post hablamos de la seguridad alimentaria en el embarazo gemelar: toxoplasma, listeria y presencia de mercurio en los alimentos
Quizá, una de las primeras cosas que te pasa por la mente cuando te enteras de que estás esperando a tus gemelos/mellizos, es ¿puedo comer de todo?
A lo mejor eres de las que se ha informado a conciencia previamente. O, quizás eres de las que lleva un largo tiempo en la betaespera en la que te ha dado tiempo de averiguar casi todo. O, a lo mejor, eres de las que una vez en consulta de la matrona cuando les explico las medidas de seguridad alimentaria se echan las manos a la cabeza: Raquel, he comido jamón serrano, me he puesto ciega a salmón ahumado, tal día me bebí 2 cervezas, o a saber ese queso de la ensalada si era pasteurizado.
Tranquilidad. A veces los embarazos llegan de forma sorpresiva y nos pillan de esa manera. Otras veces el desconocimiento o los mitos que hay entorno a la alimentación de la embarazada nos pueden confundir. Si no tienes claro qué alimentos son seguros para tu embarazo y cuáles no, te animo a leer este post. Quiero pensar que está escrito con sentido común y poca hipocondría. Las medidas que se detallan a continuación son comunes al embarazo único y al múltiple.
Alimentos prohibidos en el embarazo
La primera y gran pregunta es ¿hay alimentos prohibidos en el embarazo?
La respuesta a esta pregunta es: Sí y no.
Es decir, no hay un alimento que sea nocivo por sí mismo para tus gemelos/mellizos pero sí hay algunos que entrañan un riesgo extra de ciertas cosas. Grosso modo podríamos hablar de alimentos con riesgo de infección por toxoplasma, por listeria o por neurotoxicidad por mercurio.
Toxoplasmosis
Empecemos por el toxoplasma que es el más conocido con diferencia. El toxoplasma gondii es una bacteria que puede causar infección a cualquier persona y que crea inmunidad, es decir, una vez pasada no se vuelve a repetir. No existe vacuna, la única manera de crear inmunidad es pasando la enfermedad.
Los síntomas en la embarazada suelen ser los similares a una gripe (cuidado con obsesionarse, la mayoría de los síntomas de gripe son por GRIPE). El problema reside en que puede causar problemas en el feto como ceguera (cuanto más avanzado el embarazo más posibilidad de afectación fetal). La serología de la toxoplasmosis en España no es sistemática. No se hace a todo el mundo ni en todas las CCAA, así que si no estás inmunizada o no te han hecho serología, las precauciones a tomar son las mismas.
Para disminuir el riesgo de toxoplasma en los alimentos,
- Lo primero y más importante (y obvio) es lavar a conciencia los vegetales y las frutas. Es más peligroso comer una verdura con tierra que un trozo del vilipendiado jamón serrano. Puedes utilizar lejía de uso alimentario aunque no es indispensable. El tema de la limpieza es extensible a utensilios de cocina, cuchillos, tablas de cortar, etc.
- Segundo: todas las carnes, en especial las rojas (que son las que más riesgo presentan de toxoplasma), deberían de estar bien hechas. Es cierto que si las congelamos previamente (ojo, que no vale cualquier temperatura de congelación, más adelante profundizo en esto) el bicho en cuestión muere. Pero francamente, ¿qué necesidad? A mí me pierde un solomillo medio hecho pero creo que en el embarazo puedo subsistir con filetes bien cocinados (que no requemados) y vivir más tranquila.
- Tercero, los embutidos. Aquí se abre la veda y un mundo de dudas.
- Para resumirte, todos aquellos embutidos que conlleven un proceso de cocido son seguros para tu embarazo múltiple: pechuga de pavo o de pollo, jamón cocido… Seguros, que no excesivamente sanos. Mi recomendación es que los busques con el mayor porcentaje de carne posible y huyas de todos los adjetivos como extra-jugoso, extra- tierno, etc (que son los que más aditivos tienen);
- ¿Y los embutidos curados? Pues aquí tenemos el quid de la cuestión, no vale cualquier curación. La SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia) se ha vuelto más laxa en los últimos años con respecto a este tema, en concreto con el consumo de jamón serrano (más por hastío creo yo, porque hay como una especie de obsesión y recurrencia con el pobre serrano). Lo que viene a decir es que probablemente sea seguro si la curación es igual o superior a 24 meses. Es decir, puedo comer jamón serrano en el embarazo pero jamoncito del bueno. Y aclarar que debe ser un jamón con todos los controles sanitarios, que venga detallado el tiempo de curación. O sea, no vale el jamón de la matanza del pueblo.
Congelación de alimentos
Volviendo al tema de la congelación que mencionamos más arriba, y porque seguro que alguna se lo pregunta (que tampoco estamos para dejarnos el sueldo en jamón de bellota)… Para supuestamente eliminar el toxoplasma deberíamos congelar el alimento en cuestión a -20 ºC al menos 48 h (palabras de la SEGO), aunque hay nutricionistas que recomiendan -22ºC al menos 10 días.
Vamos, que no hay un acuerdo universal, y además tu congelador probablemente llegue a -18 ºC como casi todos los no industriales. En cuanto al resto de embutidos dudosos (chorizos, fuet, salchichón, lomo embuchado…) pues obviamente mejor evitarlos porque la curación en aún menor.
Otras vías de transmisión de toxoplasma
Hay otras vías de transmisión del toxoplasma que no son los alimentos: los gatos enfermos de toxoplasma y las labores de jardinería.
Si tienes gato, tranquila, los gatos enfermos suelen ser los que salen a la calle y la transmisión es fecal-oral (no hay contagio por tocar o acariciar al gato). Así que con no cambiar el arenero nosotras (que sería lo idóneo) o hacerlo con unas medidas de higiene como pueden ser guantes desechables, desinfectando el arenero y lavarnos bien las manos después de ello, sería suficiente.
Los gatos caseros que no salen a la calle no deberían presentar problemas salvo si le damos de comer carne cruda (igual que nosotras nos podemos contagiar por esta vía, ellos también).
En cuanto a las labores de jardinería hay que usar guantes y lavarnos bien las manos y las uñas (recordemos que el toxoplasma está en la tierra).
Listeriosis
Y vamos ahora con otra infección que puede darnos problemas en nuestro embarazo: la listeriosis.
La listeria es una bacteria a la que son más susceptibles ancianos y embarazadas por el estado del sistema inmune en estas etapas de la vida.
Es probable que, si vives en España, no hubieras oído mucho sobre ella hasta el problema reciente que hubo en Andalucía con una empresa de cárnicos. Afortunadamente no es muy frecuente por las medidas de seguridad alimentaria actuales.
No voy a entrar a detallar en este post qué puede provocar en el embarazo (para aumentar la hipocondría hay miles de páginas a golpe de teclado) pero sí cómo evitarla, que es lo importante aquí.
La listeria puede estar presente en carnes poco cocidas o no tratadas debidamente, en productos crudos con un proceso de ahumado o salazón (el salmón ahumado, por ejemplo), en lácteos no pasteurizados, en comida en mal estado, en el agua y en la tierra.
Así que, para evitar la listeriosis, repetimos el modo de proceder con la toxoplasmosis. Todo bien limpito; comida y utensilios, y las carnes bien hechas. Intentar consumir la comida cocinada en un plazo breve de tiempo y al recalentarla hacer que salga vapor de la misma. Conservar los alimentos (sobre todo aquellos ya cocinados) refrigerados a – 4 ºC o por debajo, ya que la listeria prolifera por encima de esta temperatura.
En cuanto a los lácteos, ya hemos dicho que lácteos pasteurizados. Y tú dirás: pero a ver, si hoy en día todos están pasteurizados. Todos, no. Hay una cantidad nada desdeñable de quesos no pasteurizados, en particular de leche de cabra aunque los hay de vaca y oveja también. La mayoría están pasteurizados sí, pero cuando vayas al supermercado asegúrate de lo que estás comprando mirando el etiquetado.
En lo que respecta a los quesos aclarar también el tema de la curación, ¿se puede comer queso fresco (que en Canarias llamamos “tierno”)? Si está pasteurizado, sí. Pero es cierto que los quesos curados o semicurados presentan un rango de seguridad mayor. En especial si tardamos tiempo en consumirlos (o sea, que el fresco se puede comer pero rapidito, no tenerlo 1 semana en la nevera). Ni que decir tiene que quesos caseros: NO. Y si tenemos una cabra, una vaca, una oveja u otro animal productor de leche no vale eso de “darle un hervor o dos” (sí, he pasado consulta en varios centros rurales) porque el “hervorcito” no es comparable al proceso de pasteurización.
Otras bacterias
En cuanto a otras bacterias presentes en alimentos como pueden ser la salmonella, la E.coli o el anisakis no me voy a detener, porque teóricamente con una buena higiene alimentaria y no consumiendo crudos no deberíamos contraerlas. Además, si las contraemos, es un engorro por el tema estomacal, pero no son peligrosas para los fetos, a diferencia de la listeria y el toxoplasma.
Mercurio en los alimentos
El siguiente punto de controversia y ahora mismo de plena actualidad: la presencia de mercurio en los alimentos, en especial en los pescados y mariscos.
El mercurio es un metal pesado presente en la tierra de forma natural y por contaminación humana. El problema viene cuando los niveles de mercurio aumentan (por acción humana básicamente). Estos entran en contacto con las bacterias del medio que lo transforman en metil-mercurio, la forma en la que se acumula en peces y mariscos. Este exceso de mercurio es perjudicial para todos, pero especialmente para niños y embarazadas, ya que puede alterar el desarrollo cognitivo de nuestros futuros gemelos/mellizos, entre otras cosas.
Lo primero a entender: da igual cómo cocine el pescado, así lo congele 8 veces y lo pase por la sartén otras 8 va a seguir teniendo el mismo nivel de mercurio.
Lo segundo a entender: no es lo mismo un filete de atún rojo que una sardina o que un filete de merluza. El problema fundamental está en los pescados azules (más grasos y ricos en omega 3). En concreto, en los azules grandes. ¿Sabes eso de “el pez grande se come al pequeño”? Pues tal cual, comer muchos peces pequeños hace que el pez grande sea muy rico en mercurio porque ha ido comiendo peces pequeños que a su vez comieron plancton con mercurio.
Resumiendo ¿qué pescado me como? Que me estás volviendo loca… Bueno, según las últimas directrices de la AESAN de octubre de 2019, las embarazadas deberían evitar las siguientes especies de pescados: Pez espada/ Emperador, Atún rojo (thunnus thynnus), Tiburón (cazón, marrajo, mielgas, pintarroja y tintorera) y Lucio. No restringir, EVITAR, inclusive en el periodo de lactancia, por el alto contenido en mercurio.
Luego podemos encontrar todo una clasificación según los niveles de mercurio por especie. Pero si queremos generalizar, lo que dice la AESAN es que estando embarazadas podemos consumir de 3-4 raciones semanales de especies de bajo o medio contenido en mercurio (todas las que no hemos nombrado anteriormente). Debemos intentar variar pescado blanco y azul. Puedes consultar las recomendaciones al completo aquí: RECOMENDACIONES DE CONSUMO DE PESCADO
Ante todo: tranquilidad
En definitiva, si bien es verdad que estando embarazada hay que indagar un mínimo en seguridad alimentaria, esta indagación no puede ser obsesión. Y lo digo con conocimiento de causa de comportamientos que veo en consulta, porque llega un momento que comer puede convertirse en tortura. Y comer debe ser siempre un placer.
Teniendo claros cuatro apuntes que podemos extraer de este post y con las actuales medidas de seguridad alimentaria que tenemos en España, casi deberíamos preocuparnos más en llevar una alimentación equilibrada para nuestros gemelos que preocuparnos excesivamente por las infecciones alimentarias. Si quieres saber más sobre alimentación sana en el embarazo gemelar, apúntate a nuestro curso de preparación al parto para el embarazo múltiple